lunes, 3 de noviembre de 2014

2 de Noviembre 

Día de Difuntos


Se trata de una fiesta religiosa, que se dice, también tiene su origen en ritos paganos, esto quiere decir, en la relación directa de la gente indígena con sus actividades ancestrales con la naturaleza.

En el año 998, San Odilon, abad del Monasterio de Cluny, al sur de Francia, instauró  para el día 2 de noviembre, la festividad de Todos los Fieles Difuntos en la orden Benedictina. En el siglo XIV Roma lo aceptó y lo extendió a todos los pueblos cristianos, a tal punto que los misioneros cristianos lo complementaron adoptando muchos de los ritos y símbolos indígenas, lo que les sirvió para una fácil y pronta evangelización de estos pueblos.


Hoy en día, en cualquier lugar del planeta, este día de caracteriza por una mezcla de folklore, tradiciones y costumbres ancestrales; teniendo como objetivo principal recordar a los seres queridos que ya no están en este mundo y este recordar se lo hace, visitando los cementerios, orando por aquellos fieles que han  acabado su vida terrenal y especialmente por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el purgatorio. Sin embargo, en cada país o región existen diferentes tradiciones  costumbres.

En México, por ejemplo, que fue la cuna de esta fiesta antes de extenderse a Centroamérica y Sudamérica, tienen la costumbre de visitar los sepulcros y realizar actividades festivas: se ornamentan los campos santos, se rinde culto al árbol de la vida, y sobre todo su creencia es la de que en el más allá se otorga al difunto licencia para visitar a sus parientes que aún viven en el mundo terrenal, se trata entonces de un huésped ilustre al que hay que agasajar y brindarle toda clase de atenciones.


En México el 2 de Noviembre se celebra el día de los vivos y muertos, día en el cual se puede coexistir con los muertos esto no quiere decir que los muertos vuelven a la vida si no que se los puede sentir a pesar de que no verlos. Y los muertos en el lugar en el que estén hacen una fiesta.


En el Ecuador la ocasión se conmemora con una gran variedad de tradiciones y costumbres, estas tradiciones y costumbres van pasando de generación en generación, pero entre más pasen los años estas tradiciones van cambiando o van desapareciendo, especialmente en las culturas indígenas, mezclados con los ritos católicos que varían incluso en cada una de las provincias, así podemos observar personajes, vigilias, oraciones y una diversidad de platos típicos que en estas fechas forman parte de esta celebración.

Los sitios funerarios a veces elegidos son montículos artificiales o tolas, son lugares sagrados donde se entierran a los muertos. Se lo hacía frecuentemente en grandes vasijas funerarias, junto a sus artículos más preciados y ofrendas en comida porque creían que algún día despertaran con hambre en una nueva vida.


Las costumbres indígenas en el Día de los Difuntos incluyen ritos, oraciones y la colocación de ofrendas florales e incluso alimentos en honor a los que ya partieron. Los habitantes de las comunidades indígenas van al cementerio a visitar a sus familiares y/o seres queridos que han fallecido, las actividades que realizan en el cementerio son las siguientes: primero limpian su  tumba y la decoran con flores y con una corona de colores negra y morada que representa los colores de la muerte; y por último metafóricamente comparten los alimentos que llevan, comiendo en el mismo lugar de las tumbas, este es un ritual que se realiza con la creencia de que la muerte es un mero paso a otra vida similar a ésta.


Los indígenas tienen la concepción de que la muerte no existe, sino que es la continuidad de la vida, por eso envían en el ataúd cosas que una persona podría necesitar para un viaje, como alimentos, dinero y ropa.

Los  indígenas con anticipación preparan para esta fecha las más deliciosas viandas con mote, la chicha, y la infaltable colada morada, una bebida hecha de especias, hierbas aromáticas, mora, mortiño, piña y otras frutas;  acompañada con guaguas de pan. Con todo esto la familia se dirige al cementerio, en ese lugar santo, se servirán el alimento y también se lo ofrecerán a los seres queridos que fueron al más allá, a una mejor vida. 

Misas, vigías y la colocación de arreglos florales en las tumbas de los cementerios son las actividades que más se realizan en el país. La comida también forma parte fundamental de esta importante celebración con las tradicionales guaguas de pan, la colada morada y una diversidad de platos.


Al cementerio llegan no solamente las visitas, la comida, los rezos y las flores, sino también la misa. Son tres misas las que se dan en el lugar. “la gente no se levanta, sigue en mismo puesto y escucha la misa. Además, les gusta esa práctica porque dicen que así el muerto puede escuchar el sermón.”

Durante la celebración del 2 de noviembre, los rezos son otra particularidad. La forma de orar indígena es diferente a la mestiza. Ellos nombran las cualidades positivas que tenía el difunto, durante las plegarias, se enumeran todas las virtudes del fallecido. Usualmente lo hace el anciano, es decir, la persona más adulta de la familia.

Son reconocidos por estas tradiciones el cementerio de Calderón, ubicado en las afueras de Quito, creado en 1934, es de tierra, con cruces, placas grises y baldosas de colores sobre algunas tumbas; así como el de Otavalo y Cotacachi, en la provincia de Imbabura. En Ambato se realiza también una feria de artesanías, en la que se acostumbra regalar juguetes artesanales a los niños.

En el caso del Cementerio de la Parroquia Calderón, en torno a la tumba del ser querido, los familiares se reúnen, en unos casos les llevan serenatas, pero lo más usual es poner la mesa, la comida que es muy variada no puede faltar, llevan pan, frutas, agua y el alimento preferido del difunto. Los visitantes pasan todo el día en esta degustación popular y en estrecho contacto con sus seres queridos.

En este cementerio se puede observar como las tumbas se encuentran apegadas por la falta de espacio, pero es el único cementerio en la parte norte de Quito donde se puede apreciar las tradiciones de nuestros indígenas.

Todas las tradiciones o costumbres antes dichas se las puedes observar en este cementerio, desde su entrada por ejemplo para ingresar a este cementerio hay que hacer una fila.

Al ingresar se puede escuchar la misa que está en el centro del cementerio justamente para que todos escuchen la misa desde la tumba de sus seres queridos. Hay dos tipos de nichos uno que están en el suelo y otros que están en las paredes que limitan el cementerio. Debido a la cantidad de gente que hay el sendero o camino por el cual normalmente se podría circular desaparece y para avanzar hacia alguna tumba, se tiene que avanzar pisando las demás tumbas.


Al llegar a la tumba lo primero que hacen es limpiarla, arreglarla si es el caso; después de ya arreglar todos los daños se procede a decorarla con rozas y coronas negras con morado símbolos y colores de la muerte; por último las familias se sientan junto a la tumba rezan y comen.


Antes la comida que se servían junto al muerto era el plato que más le sabia gustar al fallecido, ahora se ven familias solo con colada morada y guagua de pan o con la comida que pueden comprar a las afueras del cementerio. Pero también se ve a las personas más ancianas llevar sus baldes con la comida como fritada, choclos, cueros, pollo; o tan solo comida que luego tienen que ir a vender para ganarse el pan de cada día.



Las personas pasan en el cementerio casi todo el día, pasan todo el día con la persona que ha fallecido o con las personas que han fallecido.

La muerte es un proceso terminal que consiste en la extinción de la vida. La muerte es algo natural para los cristianos, ya que se considera un hecho que va a pasar o que sucedió.


“Dios le resucito (a Jesús) de los muertos, liberándolo de la agonía de la muerte, porque era imposible que la muerte pudiera mantener su control sobre él.”

La muerte para todos los seres humanos es algo que tiene que suceder, por eso en los diferentes países y en las diferentes culturas que cada país tiene se la venera y honra de diferente manera ya sea con ritos o con tradiciones, o como en estos casos en una fecha.


Las personas en la antigüedad tenían dioses de la muerte, a los que les temían, también tenían dioses a los que sacrificaban vidas humadas para tener una buena cosecha, para que traiga la lluvia, para que los malos tiempos se vallan.


En México también tienen sus dioses de la muertes que permiten el coexistir el día de los muertos a vivos y muertos; la Catrina, diosa de los recordados, son las almas de las personas que han tienen un ser en este mundo que los recuerde y su esposo Xibalba, dios de los olvidados, son las almas de las personas ya olvidadas, almas que ya no tienen a nadie en este mundo que los recuerde.